jueves, 13 de mayo de 2010
BRITISH PETROLEUM: ¡Maneje el petróleo con cuidado!
Por: Marlon Barrios
InCyTDe
Observa la siguiente imagen:
InCyTDe
Observa la siguiente imagen:

Es una foto satelital de las costas de Luisiana, Estados Unidos. La mancha de petróleo flotante ha llegado a tierra. El “chapopote” está contaminando un refugio de vida animal y el hábitat de especies vegetales y seres humanos.
Ahora observa:
El croquis muestra que las costas de Luisiana, Misisipi, Alabama y Florida serán afectadas a futuro, por un tiempo no precisable. La longitud del derrame es de más de 250 kilómetros lineales. Si el siniestro hubiese ocurrido frente a las costas de Guatemala, todo el litoral del pacífico hubiera sido afectado. “Adios caldo de mariscos”, por los próximos ¿saber cuantos? años.
Ahora imagina…
¿Cuántos tiempo se mantendrá una mancha de petróleo sobre el mar?
¿Cuántos animales y plantas marinas se ven afectados?
¿Cubrirá British Petroleum los costos ambientales?
PETRÓLEO: ¡Manéjese con cuidado!
Por: Marlon Barrios
InCyTDe
Observa la siguiente imagen:

Ahora observa la siguiente imagen:
La mancha de petróleo “viajó”, por las corrientes marinas, hasta las playas próximas al derrame. Inicia el desastre en tierra: el ecosistema y las especies costeras se afectan. El hombre costeño también sufre: no podrá pescar en mucho tiempo. Las labores de limpieza son útiles, pero el tiempo es quien culmina la obra y “pasa la factura” al futuro.
Ahora imagina…
¿Cuánto tiempo se mantendrá una mancha de petróleo sobre el mar?
¿Cuántos animales y plantas marinas se ven afectados?
¿Quieres saber más?
http://www.infoplease.com/ipa/A0001451.html
http://muyinteresante.com.mx/?p=1070
http://es.wikipedia.org/wiki/Derrame_de_petr%C3%B3leo
InCyTDe
Observa la siguiente imagen:

Se observa en ella una plataforma petrolera y una “mancha” que flota sobre el mar. Es un derrame petrolero, desastre ecológico por antonomasia. El petróleo “derramado” sobre el mar forma una “película” flotante. Esta película cambia las características físicas y químicas de la superficie marina, modificando el hábitat de los millones de especies que habitan el área de derrame. La contaminación lleva a la muerte a peces, plancton, mamíferos marinos, reptiles y aves.
Ahora observa la siguiente imagen:

Ahora imagina…
¿Cuánto tiempo se mantendrá una mancha de petróleo sobre el mar?
¿Cuántos animales y plantas marinas se ven afectados?
¿Quieres saber más?
http://www.infoplease.com/ipa/A0001451.html
http://muyinteresante.com.mx/?p=1070
http://es.wikipedia.org/wiki/Derrame_de_petr%C3%B3leo
AVATAR: Los ciclos de la vida
Por: Marlon BarriosInCyTDe
Observa la siguiente imagen:

En ella se encuentran los protagonistas de la película AVATAR conversando sobre el “árbol de la vida”. Según la película, los “Omaticaya” conocían sobre la existencia de una “fuerte conexión que tiene el pueblo con el bosque, una red de energía que fluye a través de todos los seres vivientes”. La conexión entre nativos y el bosque la realizaban incluso físicamente, como se muestra en la siguiente “toma”:

Esta “metáfora” sobre la conexión entre seres vivos podría estar basada en fenómenos idénticos que suceden a diario en la tierra. Observa esta gráfica:

Es un diagrama simplificado de los ciclos del oxígeno (O2) y el dióxido de carbono (CO2). Estos ciclos constituyen una conexión entre seres vivos. Así, las “plantas” crecen a base de CO2 y luz solar, durante este proceso fotosintético generan oxígeno; los animales, organismos heterótrofos (rosado), consumen el oxígeno y productos orgánicos generados por las plantas. Los animales subsisten de esta manera y generan CO2 al respirar, que es el gas útil para la reproducción de las plantas. El ciclo se cierra y vuelve a empezar con la elaboración de más fotosíntesis.
Ahora imagina…
¿Cuántos ciclos de conexión existen en la tierra?
¿Cuánto tiempo duraríamos vivos los humanos si terminamos con bosques y especies vegetales?
¿Cuántos ciclos de conexión existen en la tierra?
¿Cuánto tiempo duraríamos vivos los humanos si terminamos con bosques y especies vegetales?
El mundo de las drogas

Por: Marcelo Colussi
El uso de drogas no constituye ninguna novedad en la historia de los humanos; desde tiempos inmemoriales hemos utilizado sustancias que nos sirven para evadir la dureza de la vida. De hecho, no hay cultura que no las haya empleado. Hoy, sin embargo, ese consumo ha ido tomando características tan peculiares que lo transforman en un verdadero problema de salud pública a escala planetaria.
El uso de drogas no constituye ninguna novedad en la historia de los humanos; desde tiempos inmemoriales hemos utilizado sustancias que nos sirven para evadir la dureza de la vida. De hecho, no hay cultura que no las haya empleado. Hoy, sin embargo, ese consumo ha ido tomando características tan peculiares que lo transforman en un verdadero problema de salud pública a escala planetaria.
La cantidad de muertos que produce, las discapacidades que trae aparejadas, los circuitos de criminalidad conexos, la pérdida de recursos y el fomento de una cultura no sostenible en términos ni económicos ni sociales, hacen del consumo de drogas un cortocircuito con el que todos, Estado y sociedad civil, desde distintos niveles y con grados de responsabilidad diversos, estamos implicados.
Ahora bien: aunque se reconoce que la toxicomanía es un poderoso factor de inestabilidad mundial, en todo sentido, la magnitud del problema en vez de ir aminorando, por el contrario, crece. El uso y abuso de narcóticos es una de las pocas cosas que está expandida como problema (epidemiológico, por tanto: psicológico, social, político, legal) por todos los estratos sociales, golpeando con similar fuerza a niños de la calle y a multimillonarios, en países pobres y en países ricos. Todo esto se sabe, se conoce en profundidad, hay claras razones de su por qué; entonces, casi espontáneamente, surge la pregunta: si disponemos de tanto conocimiento sobre estos factores, tanto de la demanda como de la oferta, ¿por qué no vemos una tendencia a la baja en la problemática? ¿Será que hay grandes poderes que no desean que esto termine?
El campo de las drogas es, como pocos, un complejísimo entrecruzamiento de discursos y prácticas sociales de las más variadas; por tanto admite diversos abordajes. Es, sin dudas -en eso todos coincidimos- una herida abierta. La cuestión estriba en cómo y por dónde actuar: ¿prevención o represión? ¿Se debe poner el acento en la oferta o en la demanda?
Si se observa la magnitud descomunal del negocio de las drogas ilícitas, se comienza a tener una dimensión distinta del problema. Todo el circuito de los estupefacientes mueve unos 800 mil millones de dólares anuales, uno de los negocios más redituables de las actividades humanas, casi tanto como el de las armas, más que el del petróleo. Obviamente eso es mucho más que un problema sanitario. Sabemos que esa monumental cifra de dinero se traduce en poder; y por tanto en influencia política, corrupción, muerte. Las secuelas físicas y psicológicas del consumo de tóxicos empalidecen así ante las consecuencias de esta faceta mercantil del fenómeno.
¿Qué pasaría si se despenalizara el consumo de estas sustancias? No debemos olvidar que provocan más daños en términos planetarios el alcohol y el tabaco, negocios que, si bien son muy grandes, están lejos de alcanzar el volumen de los tóxicos prohibidos. El hecho de vetar el acceso legal a las sustancias psicoactivas, en vez de promover su rechazo lo alienta (irrefutable verdad de la psicología humana: lo prohibido atrae, fascina).
Hoy día mucho se hace en torno al combate del consumo de drogas ilícitas; pero curiosamente el consumo propiamente dicho no baja. ¿No puede esto llevar a pensar, quizá con cierta malicia, qué sucede realmente en el asunto? ¿No puede forzarnos a pensar que hay “cosas raras” en todo esto? A la sociedad, a los factores de poder, ¿realmente les interesa la desaparición de este flagelo? ¿Por qué no se despenaliza entonces el consumo? Esto, sin dudas, traería aparejado el fin de innumerables penurias que se dan en torno a este ámbito: bajarían la criminalidad y la violencia que acompaña a cualquier actividad prohibida. Incluso hasta podría bajar el volumen mismo de consumo, al dejar de presentar el atractivo de lo vedado, de la fruta prohibida inalcanzable. Pero contrariando las tendencias más racionales, estamos lejos de ver una despenalización. Por el contrario, cada vez más crece el perfil de lo punitivo: el combate al narcotráfico pasó a ser prioridad de las agendas políticas de los Estados.
Eso se anota hoy como uno de los grandes problemas de la humanidad; y ahí están a la orden ejércitos completos para intervenir en su contra. Pero ejércitos armados hasta los dientes en vez de ejércitos sanitarios, de psicólogos, de médicos y trabajadores sociales.
No podemos menos que abrir algunas dudas ante esto. ¿No será que la anterior Guerra Fría se ha trocado ahora en persecución a estos nuevos demonios? Definitivamente el interés de los poderes hegemónicos, liderados por Washington, ha encontrado en este nuevo campo de batalla un terreno fértil para prolongar/readecuar su estrategia de control universal. Como lo ha encontrado también en el llamado “terrorismo”, siempre mal definido e impreciso.
El mundo de las drogas es un fenómeno tan especial que tiene una lógica propia: por un lado se mantiene y autoperpetúa como negocio y por otro se sostiene de fabulosas fuerzas políticas que no pueden ni quieren prescindir de él, en tanto coartada y ámbito que facilita el ejercicio del poder. Al mismo tiempo existen dinámicas psicosociales (consumismo, modas, valores de la sociedad competitiva y materialista, angustia individual de cada sujeto) que llevan a enormes cantidades de personas, jóvenes fundamentalmente, a la búsqueda de identidades y reafirmaciones personales a través del acceso a los tóxicos prohibidos, lo cual se enlaza y articula con los factores anteriores. Es, en otros términos, síntoma de los tiempos: el capitalismo hiper-consumista centrado en la máquina y en el fetiche de la mercancía, que ha dejado de lado lo humano, no puede dar otro resultado que un negocio sucio pero tolerado -¿alentado?- que, bajo cierto control, sigue haciendo mover el aparato de la sociedad. El costo: algunos sujetos quedan en el camino y se hacen dependientes de por vida, pero eso no desestabiliza tanto el orden instituido; y ahí están las comunidades de rehabilitación para dar algunas respuestas.
Ante esta perspectiva las posibilidades reales de cambiar la situación no se ven fáciles: como sociedad civil -que padece todo esto, y al mismo tiempo, por su existencial angustia, consume drogas- no podemos plantearnos como objetivo eliminar estas sustancias sino el luchar por su despenalización. A muchos se les terminará el negocio (no sólo a las bandas de narcotraficantes, por cierto -¿bancos lavadores?, ¿fabricantes de armas?, ¿partidos políticos que reciben recursos de dudosa procedencia?, incluso honestos civiles que son empleados legales de toda esta economía), pero no hay otra alternativa para solucionar un problema que hoy ya es flagelo, y sigue creciendo. Definitivamente quemar sembradíos en nuestros países pobres del Sur no está solucionando mucho.
Hablando de problemáticas nacionales y universidades
Que las universidades de hoy en día se preocupen por formar a líderes con valores, es muy difícil. Ya que lo único que les interesa es la formación académica, dejando un gran vacío; el análisis crítico y propuestas del ciudadano común con respecto a los Fenómenos sociales, económicos, políticos y culturales que se desarrollan en nuestro País.
Nos interesa que Guatemala tenga excelentes científicos, Administradores, Abogados, Arquitectos, Doctores etc. Pero no podemos hacernos de oídos sordos a estos fenómenos ya antes mencionados. Es por esto que la Universidad Rafael Landívar aceptó el reto de formar a sus estudiantes y fortalecerlos en el tema Socio-Político, creando a líderes participativos e involucrándolos en la realidad Nacional.
Como estudiante Landivariano de la sede de Retalhuleu, ver esta clase de actividades desarrollarse en nuestro ambiente estudiantil nos compromete a ser buenos ciudadanos y excelentes estudiantes.
El DAE, ha involucrado mucho esfuerzo para desarrollar estos talleres, son dinámicos, de mucho impacto, con información actual y los más importante hace que nosotros pensemos y que busquemos alguna solución a nuestros problemas de realidad nacional. Haber recibido esta experiencia, donde uno ve los problemas como una oportunidad de cambio es magnífica, crear esos lazos de amistad e información con otros estudiantes de diversas sedes y campus es algo único.
Como joven guatemalteco ver gente de la misma edad que está preocupada por nuestra Guatemala, participar en estos talleres de formación política y ver de cara a una realidad que la clase adulta y clase política tienen olvidada, levanta un coraje de sacar a un país hundido en un pasado mal trazado y llevarlo a un futuro más prometedor.
Para concluir quiero invitar a los estudiantes de las diversas carreras y sedes a involúcrense en actividades de proyección, en procesos que son importantes para nuestro país recordemos que nosotros somos Guatemaltecos y si no nos gusta el país donde vivimos CAMBIEMOSLO NOSOTROS MISMOS, en nuestra manos esta decir GUATEMALA TU NOMBRE INMORTAL.
Por: Anna María Córdova Noguera
El fin de semana del 19 al 20 de marzo de 2010, el Departamento de Agrupaciones Estudiantiles llevó a cabo una reunión con estudiantes de la Universidad. Los que tuvimos oportunidad de participar pertenecemos a alguna Agrupación Estudiantil o Club. El taller se llamó: “Universidades de Guatemala: análisis crítico sobre su aporte a la solución de problemáticas nacionales”.
La Universidad está haciendo enfásis en la importancia de la participación de nosotros, los estudiantes, como ciudadanos. Por ello, el taller nos hizo reflexionar acerca de lo que, como estudiantes landivarianos, debemos hacer para incidir constructivamente en la sociedad. Una de nuestras máximas como estudiantes ha de ser: “Sobre todo amar y servir” y eso seguramente nos llama a actuar y no contentarnos con ser simples espectadores. A lo largo del taller se pretendió que los que asistimos comprendiéramos eso.
Como estudiantes podemos hacer muchas cosas. Una de las conclusiones a las que llegamos en los diferentes grupos de trabajo fue que, a pesar de que podemos hacer el cambio, eso es algo que no siempre interesa. Por eso, luego de haber tenido esa reunión con más compañeros landivarianos, no solo del campus central, sino también de las sedes regionales, me queda claro que -a pesar de que a veces se nos olvida- el cambio empieza por nosotros. ¿Cómo? Participando e interesándonos.
Preparémonos con excelencia como lo pretende nuestra alma mater “Excelencia Académica con Valores” y seguramente lograremos un cambio en nuestra querida Guatemala, como diría San Ignacio, "ad mojerem gloria dei".
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